19/2/15

DESGARRO ABDOMINAL

Me siento absurda cuando me miras. Pero no porque crea que eres un gigante a mi lado, sino porque se me borran las palabras y parece que todo es un caos. Un maldito caos que me engulle como una serpiente.
De verdad que cuando me llega tu olor al pasar, ese aire, tu esencia, es mi oxígeno.
Lo que te estoy diciendo es puro, sin adulterar. Y mientras pienso en esto, voy dejando un reguero de sonrisas para ver si me encuentras. Voy dejando un rastro de pechos latiendo que van marcando el camino del tiempo que nos separa.
Sonrisas y pechos que no vienen.
Cómo me pesa todo cuando creo que no vendrás. Hasta el aire se transforma en una pared de cemento, en una nube de algas en medio del mar.
Y mi piel es un erizo que sacude espinas.
Y a mi corazón, de tanto usarlo, he decidido darle la vuelta como si fuera un chaleco reversible y estrenarlo contigo. Sí, eso. Estrenar mi corazón contigo sería la mejor forma de no echarlo a perder. Porque creo que de esta no se salva. Acabará en un matadero junto a otros corazones que no supieron latir tristezas.
Pieles y corazones que no entiendes.
Cómo me gustaría verte llorar por mí y que no sintieras que el mundo te importuna demasiado.

Cómo me gustaría clavar mi corazón en ti, como si fuera el aguijón de una abeja y morir en tu piel. Aunque tuviera que desgarrarme el abdomen, y dejarte el veneno de mi amor dentro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario