Noté el peso de tu mundo
en mi corazón.
El estómago sin respirar,
corriendo hasta los confines de tu rastro,
te buscaba en cada calle
de mis caóticos laberintos
abandonados en alguna parte
de mi existencia.
Porque ya ni siquiera te encuentro
en los recuerdos que más ansío,
porque la esperanza perdida me desconoce.
30/9/14
13/9/14
10/9/14
PODRÍA
Podría
regresar en el tiempo
y desdecir
todos
los te quiero
que
se desvanecieron
en
tu desgana.
Podría
regresar a
aquellos
momentos
y desmentir
todos
los pensamientos
que
se perdieron
en
tu torpeza.
8/9/14
3/9/14
2/9/14
DOS MICRORRELATOS (PARTE I)
Estos son dos microrrelatos que presenté a un concurso el año pasado.
Tenían que tener un máximo de palabras y comenzar con la frase "Yo, señor no soy malo". Espero que os gusten:
Microrrelato 1:
Tenían que tener un máximo de palabras y comenzar con la frase "Yo, señor no soy malo". Espero que os gusten:
Microrrelato 1:
Yo, señor, no soy malo, sólo que
cuando ese hijo de mala madre vino hacia mí con ese objeto punzante tuve que
defenderme como pude.
¿Por qué es a mí a quien hay que
matar? Cuando le vi aparecer con esa cosa que le caía desde el hombro me puse
como una fiera. No lo pude evitar. Pero él fue quien vino provocándome desde lo
lejos gritándome, intentando imponerse con sus gritos ante mí para que fuera a
pelearme con él.
Lo peor fue que había gente que
le animaba a que se enfrentase a mí. A que me matara con ese arma... ¿qué se
suponía que debía hacer? Sangraba por todos los sitios, pero sobre todo por el
costado. “¡Dale fuerte! ¡Dale! ¡Ahí lo
tienes! ¡Adelante!” le alentaba la gente en la lejanía mientras yo luchaba por seguir
vivo.
Aguanté difícilmente durante un
par de horas puesto que yo no disponía de ningún instrumento para defenderme.
Al final empecé a tambalearme mientras el sol cegaba mis intensos ojos negros.
Intenté levantarme de nuevo para lanzarle a aquel hombre un último golpe con
todas mis fuerzas y por fin, logré clavarle uno de mis cuernos en el muslo y mi
oponente cayó al suelo...
Microrrelato 2:
Yo, señor, no soy malo...ataqué a
esa señora porque no es mi señora. ¿Me entiende?
¡Y por favor deje de apuntar
notas o lo que sea que esté haciendo y présteme atención! ¡Es importante! Le
digo que esa mujer se está haciendo pasar por mi mujer. Yo estaba durmiendo
plácidamente en mi cama, bueno, en nuestra cama, cuando en la oscuridad vi
aparecer a esa mujer que me miraba fijamente y me pedía que le hiciera un masaje
en los pies llenos de callos. ¿Qué pantomima es ésta? ¡Mi mujer está sentada
justo ahí detrás!
El hombre con la bata blanca
ladeó su cabeza para dirigir su mirada hacia el lugar donde apuntaba el sujeto.
¿La ve caballero? ¿Es o no una
mujer hermosa? ¿Cómo voy a estar yo con esa otra señora? ¡Si parece un caballo
recién parido! Esa es mi mujer. Díselo tú mi amor. Anda, díselo a este buen
hombre para que puedan dejarme salir de esta habitación blanca. ¿Y qué es esto
que me han puesto? ¡No puedo moverme!
El hombre de la bata blanca
impasible, le dijo:
¿Qué ve exactamente en esa silla?
Señaló con la cabezada hacia el objeto mencionado.
¡Pues a mi señora! – gritó
desesperado el hombre. - ¿Es que no la ve? La verdad no sé qué la pasa hoy.
Está de lo más callada... ¿Es porque me han visto con otra mujer, mi amor?
El hombre de la bata blanca miró impertérrito
a la silla donde solo había una flor...
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