Te
juro que sigo buscando la forma de hacerte poesía.
De
hacer que me distorsiones para verme perfecta. De huir y comernos la ropa y
hasta la vida.
Quiero
que me persigas sin descanso y que reposes todas tus ansias en mi cama. Con una
vez me basta. Después no sabré si tu camisa y mi pantalón se seguirán buscando
en el suelo de casa. Una vez para probarte. Para saber a qué sabes.
No
hay literatura en esto, ni en lo que te pienso. Lo que te haría es demasiado
vulgar.
Pero
no necesito que lo sepas todo. Me basta con que seas mi escena retrospectiva
cada noche y no te canses de jugar en mi mente.
Necesito
ser tu manía persecutoria, que quieras tenerme a toda costa y quedarme a dormir
entre este mar de espinas llenas de flores y arrebatos.
Quiero
tenerte hasta en la distancia. Saber que estás, aunque sea lejos. Que te he
traído todas las ganas envueltas en hambre y quiero que te sacies hasta de los
huecos que dejo.
Es
que te has convertido en mi antojo y tengo dibujada tu figura en mi piel. No sé
qué has hecho. Lo peor es que no has hecho nada. No te lo has propuesto y sin
embargo vas por la vida rompiendo el suelo, generando terremotos.
¿Vas
a dejar que te pruebe o nos quedamos yo y mis ganas a esperarte?
Piensa
lo que quieras. Pero déjame que mande en tu lengua que creo que ella y yo vamos
a encontrar la forma de saber hacerte poesía.