3/11/15

EN EL CAMINO

Vuelvo de una ciudad
para anclarme en otra.
Los muros grises, el aliento de los oriundos
los estorninos siguiéndome, formando una manta en el cielo
-que no me tapa-
En el tren pienso, que a pesar de las ventanas, dentro no hay belleza,
que todo lo que veo es pasajero,
-que soy una pasajera más en el trayecto-
que admirar la belleza es anhelar.

Esta ciudad y la mía
siguen estando llenas de ideas, con pájaros vacíos,
de gritos mudos.
Hay gaviotas siempre. Y yo te veo en cada mar de Barcelona,
en los acentos de tanta gente.
Será que no necesito excusas para recordarte,
que todo lo que tiene belleza me atrapa con tu nombre –y tu cara, y el olor de la ropa puesta en ti-
Será, que no hay lenguaje cuando se quiere pensar.
Sólo hay fotografías de Yutha Yamanaka en este puerto, en cada nube sombría
que deja entrever un poco de luz
-para que seamos un poco menos felices-
Podría ser que quiero leer siempre para ver si alguien ya ha escrito sobre ti
o es que te sigo buscando hasta en la más ínfima escena.




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