TODAS LAS MAÑANAS DEL MUNDO

Que no nos prohíban llantos,

porque ya hay mucha

risa fingida.

Quiero quedarme

a esperar a la felicidad.

Que venga ella a buscarme

y después vaya yo a encontrarte.

Que todas las mañanas del mundo

vuelvan a ser noches

para que no llegue nunca el día

y puedas quedarte.

Que nos dejen llorar en paz

que ya hay carcajadas malsonantes.

Y cuando te quedes,

quiero que no exista nadie

porque el resto del mundo

me dará arcadas si no estás.

Quiero que me dejen

mojar mi cara con lágrimas

para cuando te vayas,

porque sé que te irás.

Quiero ilegalizar la risa

para cuando no estés.

Y que condenen las excusas

antes de que me las digas.

Porque cuando te esfumes

como la emanación de arrogancia

que eres,

el amor será un proscrito

y volverán a resurgir

todas las mañanas del mundo.